Los altos niveles de ruido que se generan en nuestra sociedad, y especialmente en los puestos de trabajo, provocan que numerosas personas tengan problemas para desarrollar su actividad, a la vez que pueden sufrir daños irreversibles en su salud. Es por ello que existen algunas recomendaciones que pueden ayudar a disminuir los efectos perjudiciales que el ruido provoca a los trabajadores.
En lo que a los niveles de contaminación acústica se refiere, la legislación española obliga a las empresas a tomar medidas para prevenir que se superen los 80 dB. En caso de superarse este nivel, los empleados deben ser informados y recibirán una formación especial para conocer los riesgos y la manera de prevenirlos.
En caso de que el ruido supere los 85 dB, además se debe realizar un control periódico de la función auditiva de los trabajadores, y hay que suministrarles protectores auditivos. Para niveles de ruido superiores, los empresarios deben encontrar las causas e implantar medidas técnicas para disminuirlo, además de realizar controles anuales de la función auditiva y restringir el acceso a los puestos de trabajo afectados.
No en vano, entre los riesgos laborales a los que están expuestos los trabajadores, el ruido es uno de los más frecuentes. No obstante, es uno de los menos temidos, y un problema al que no se le suele prestar la debida atención.
Entre sus principales consecuencias encontramos la llamada ‘sordera profesional’, aunque no es la única enfermedad derivada de una mala exposición al ruido. Otros de los trastornos más frecuentes son el cansancio, irritabilidad, cefaleas, dificultad para dormir y trastornos del sueño, subirrigación sanguínea, lumbalgias o problemas digestivos.
Música en el trabajo
Es por ello que en ciertas ocasiones se recomienda escuchar música en el trabajo. Gracias a ello se puede reducir la baja estimulación sensorial de los empleos repetitivos, y sirve para enmascarar los ambientes ruidosos. En este sentido, siempre hay que tener en cuenta que la música debe mantenerse entre los 3 y los 5 dB.
Aunque es algo que se debe evitar, resulta frecuente encontrar personas que trabajan en ambientes muy ruidosos, hecho que además de provocarles sordera profesional, les hace padecer hipertensión arterial. Además, el ruido afecta al rendimiento psicomotor en el trabajo, haciendo que las reacciones sean más lentas, lo que se debe tener en cuenta de cara a prevenir accidentes.
Por todo ello se deben realizar controles periódicos a través de sonómetros, y del mismo modo hay que actuar sobre el origen del ruido, modificando el proceso laboral o actuando sobre las máquinas. A modo de ejemplo, es conveniente usar revestimientos aislantes y amortiguadores, además de realizar un mantenimiento adecuado. Además, las empresas deben actuar contra la propagación del ruido, acondicionando los suelos, las paredes y el techo, y en definitiva insonorizando los recintos, asesoradas en todo momento por profesionales del sector, que les garanticen también el debido cumplimiento de la normativa.
Aparte de estas medidas, en ciertos empleos cobra gran relevancia la protección individual. Por ello es importante concienciar a los trabajadores de la importancia de usar diferentes protecciones, tales como tapones auditivos, orejeras o cascos antirruido.