Según informaba esta semana el periódico Diario Sur, el Ayuntamiento de Málaga sigue buscando la fórmula maestra para acabar con el exceso de ruido en las terrazas de los bares. El último intento consiste en la instalación de sonómetros que, a modo de semáforos, se iluminarán en rojo cuando se haya sobrepasado el nivel acústico permitido. El Consistorio pondrá a lo largo de las próximas semanas seis aparatos que medirán el nivel acústico con la intención de concienciar a los clientes. Al igual que las señales viarias, el aparato permanecerá en verde cuando el nivel de ruido sea el adecuado y tornará a rojo y mostrará un mensaje de ‘silencio’ cuando se superen los decibelios permitidos por la ordenanza.
El concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, explica que los aparatos se pondrán de forma experimental en bares del Centro y de Teatinos. Estarán colocados alrededor de un mes y mostrarán el número de decibelios en tiempo real. «No se va a utilizar para sancionar a nadie porque no está homologado en la ordenanza», señala. No obstante, considera que esta iniciativa puede ayudar a reducir el problema si los clientes toman conciencia del ruido que generan. Los aparatos se iluminarán en rojo si se sobrepasan los 75 decibelios por el día y los 55 por la noche.
Los seis establecimientos que van a implementar este nuevo sistema lo harán de forma voluntaria tras el acuerdo alcanzado con la Asociación de Empresarios Hosteleros de Málaga (Aehma), que ha acogido la iniciativa de forma muy positiva. Los aparatos han sido cedidos de forma gratuita por la empresa valenciana iNoise Technologies y ya están en poder del Consistorio, por lo que se colocarán en cuanto los empresarios les faciliten el listado de los negocios interesados.
Además de dar información en tiempo real, los datos recogidos por el dispositivo serán analizados por el Ayuntamiento para conocer la incidencia real del ruido generado en las terrazas frente al creado por otros agentes externos como el tráfico. Para ello, durante la primera semana, los sonómetros solo recogerán datos del sonido ambiente. Las tres restantes, ya evaluarán también el que generan las personas que frecuentan los negocios.
Desde el Área de Medio Ambiente avanzan que si la iniciativa surte efecto, y se consigue reducir la contaminación acústica, se plantean ampliar el número de equipos por toda la ciudad. E incluso, en un caso extremo, modificar la ordenanza para hacer que la instalación de estos equipos sea obligatoria.
Pruebas en Valencia
Una iniciativa de estas características ya se ha desarrollado con buena acogida en algunas zonas de la Comunidad Valenciana. Francisco Valencia, responsable de la empresa que va a instalar los equipos, dice que el año pasado se puso uno en el colegio Cervantes de Valencia y que ahora ultiman la instalación de dos en los hospitales La Fe y Clínico, ambos de aquella región. «En caso de incumplimiento reiterado, estos equipos permiten incluso enviar un correo electrónico a la autoridad competente en cada caso», apunta.
Por su parte, los hosteleros consideran que estos equipos son una buena forma de sensibilizar a los clientes. José Luis Ramos, presidente de Aehma, entiende que es algo así como cuando se pusieron los semáforos por primera vez: «Las personas que estén en las terrazas deben saber que si el indicador está en rojo, deben hablar más flojo».
Este responsable adelanta que ya están casi decididos los negocios en los que se instalarán los sonómetros, por lo que podrían colocarse durante el mes de mayo. «No queremos que todos sean del Centro, sino que haya datos de todas las zonas de la capital para conocer la incidencia del ruido en diferentes puntos», apunta.
Los sonómetros, que se colocarán de forma experimental en seis locales, se iluminarán en rojo cuando se sobrepase el límite permitido. Los equipos darán información en tiempo real del ruido generado
